Desnutrición no deja en Paz a los niños colombianos

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo.

La desnutrición en la infancia es crónica y endémica en Colombia. Un sistema incapaz de brindar alimentación a los niños mucho menos puede ser capaz de llevar estadísticas que muestren el verdadero impacto del problema, como en efecto sucede.

Queremos mostrarles un incompleto panorama de la desnutrición en el país –porque las estadísticas son falseadas y de una aberrante incompletitud-. Veamos:

Según la Sociedad de Pediatría la ”tasa nacional es del 13,2 %, pero en algunas regiones, como Vaupés, alcanza el 34,7 %”. Nos preguntamos por qué hace algunas ”semanas el mundo se escandalizó con la alerta de Médicos Sin Fronteras por la grave desnutrición crónica del 38,3 por ciento que sufren los niños en Sudán del Sur” y en el caso de Colombia nadie lo hace.

Qué pasa? Cuáles son los culpables? Hay alguno preso?

Además, ante la problemática no hay informaciones de los organismos del Estado y el DANE y el ICBF publican cifras mentirosas para “lavar la cara” del gobierno de turno cuando el problema no es de un gobierno, es un problema de Estado.

En Colombia hay “departamentos que alcanzan tasas similares a las anteriores, como es el caso de Vaupés, donde la desnutrición crónica afecta al 34,7 por ciento de los menores de cinco años, o en La Guajira, con un 27,9 por ciento”. Mas si por falta de alimentos mueren anualmente en el mundo 5 millones de niños menores de 5 años, cuánto es el total en Colombia porque es una realidad que sin estadísticas no hay una dimension real del problema y nunca habrá solución, menos en un Sistema que aplica el Neo-liberalismo como modelo económico. 

Además, la Sociedad Colombiana de Pediatría ha denunciado –la cual ha caído en los oídos sordos de los funcionarios estatales- que “muchos de los decesos de niños en donde la desnutrición es determinante quedan bajo otro diagnóstico. Es el caso de las neumonías, las diarreas y otro tipo de infecciones graves. En otras palabras, dice la sociedad, podría haber un subregistro importante en las cifras de muerte por desnutrición.

“Jamu (el hambre) persigue y atormenta a los wayús arrojando flechas sobre sus huellas. Ha llevado a la tumba a 4.770 personas en los últimos 8 años y 34.000 están desnutridas” dice El tiempo en un Especial de éste diario que aunque trata de mostrar que el ICBF está trabajando no llega a las causas de fondo nos permite al menos acercarnos a la dimension del problema. El consolidado de entidades oficiales reporta que más del 32% de los niños menores de 5 años en el Departamento de la Guajira padecen desnutrición crónica y aguda.

En el departamento del Chocó “la desnutrición golpea a los niños con rudeza. Según las cifras oficiales del Ministerio de Salud, a 2013 (las más recientes consolidadas), en ese departamento 35 de cada 100.000 niños mueren por desnutrición aguda severa. La cifra está incluso por encima de La Guajira, donde 32 de cada 100.000 fallecen por esa causa”, sigue diciendo El Tiempo.

Por su parte, las cifras del problema son inusitadamente escandalosas. En el Vaupés la desnutrición crónica alcanza al 34,7 por ciento de los menores de cinco años y en el departamento de Guainía 156 de cada 100 mil habitantes mueren por física hambre.

Es escandaloso que ”la desnutrición en Bogotá no alcanza los alarmantes niveles de La Guajira, Guainía o el Chocó, pero son miles los niños menores de 5 años que se encuentran en esa condición. En el 2015, la Secretaría Distrital de Salud registró 2.869 casos de desnutrición aguda –la más severa– en toda la ciudad. De esa cifra, 379 casos ocurrieron en Bosa, 342 en Kennedy, 314 en Suba y 181 en Ciudad Bolívar. Entre las cuatro localidades suman 1.216, casi la mitad, localidades en donde viven los pobres de Bogotá.

En la base de ésta problemática están en primer lugar el abandono estatal,  el desplazamiento forzoso, la pobreza, la falta de educación y salud, la falta de adecuados  servicios públicos, y en segundo orden el cambio climático, el conflicto armado, y otras.

En Suecia las políticas del Estado están dirigida a satisfacer las necesidades básicas no solamente de los niños, sino de toda la población. La tasa de mortalidad en niños menores de 5 años es del 2,6 muertes/1.000 nacidos vivos, ninguna mortalidad achacable a desnutrición y sí a otras causas.